miércoles, 29 de febrero de 2012


Quinto:
"Cambios monumentales"


Hay miradas que dicen una cosa y otras que dicen otras, pero, esa era ALGO APARTE, nada similar a las otras, ¿o tal vez si? Lo que no acababa de creerme es el cómo se había clavado su mirada en la mía, como para quitarme el habla, seguro era una especie de poder misterioso que guardó durante todos estos años esperando a que yo cayese en la trampa (¡MUAJAJAJA!)... El caso es que me quedé ATONTADA, quería hablar, decir "Hola", pero no podía, eso sí, sentía algo de calor en mis mejillas, entonces él me dirigió una suave sonrisa...
-Pero daros un beso al menos, u ¿os vais a quedar mirándoos durante un rato más?- la voz de María interrumpió un largo y maravilloso silencio...
De repente, creo que me puse más roja de lo normal...¡¿UN BESO?!
-¿Un beso?- en mi voz se notaba algo de miedo.
Marcos se empezó a acercar a mí, me empezaron a entrar tembleques, creo que mis papos estaban más rojos de lo normal, notaba que los ojos se me salían de las órbitas, lo estaba pasando muy mal...
-Pues claro, ¡Ay, pero que chicos! ¡jajaja!-dijo María.
Cuando Marcos se acercó lo bastante como para quitar el "hipo", me sonrió, se agachó...y me dio un beso, en la mejilla..., luego se incorporó, y me sonrió, con una sonrisa tan blanqueada como las de colgate, por un momento dudé que fuese él el de los anuncios (¡jajaja!).
-Hola Ángela- su voz sonaba tan SEXY.
-Ho-ho-ho-hola Marcos- la mía en cambio...en fin...sin comentarios. Aunque solo una cosa, ¡NO PODÍA HABER ESTADO MÁS RIDÍCULA QUE EN AQUELLA SITUACIÓN!


Cuando me dijeron lo del beso, soy muy mal pensada pero...me esperé algo más, y...bueno...me quedé muy sola. Que triste... Nos quedamos mirando durante un ratito, no podía creerlo, ¿PERO CÓMO PODÍA HABER CAMBIADO TANTO? ¡Qué mono! Tiene los ojos más verdes creo, ¿o el pelo diferente?¿o es que nunca me había fijado tanto en él como para que ocurriese este flechazo inesperadamente repentino? Lo único que podía tener claro en ese mismo momento es que me había enamorado...(¡Pero que cursi!) 

  

domingo, 12 de febrero de 2012


Cuarto:
"Miradas que lo dicen todo"

Después de encontrarme durante un largo rato en un gran sillón. Llamaron al timbre de abajo.
-Ángela ¿puedes ir a abrir por mí? Que ahora estoy ocupada- me dijo María.
Vaya, no era algo que yo tuviese previsto hacer esa tarde. A ver, me encontraba en una casa que no era la mía, lo normal era no ir por ahí como dueño por su casa y ya se lo que suelen decir: "Siéntete como en tu casa", pero vamos a analizar esa expresión: si en tu casa estuviese un amigo tuyo o un conocido y le dijeses esa simple frase y, después de un rato, hiciese algo fuera de lo común (en tu casa) y que no sentase del todo bien, como, por ejemplo, romper algo o cualquier cosa, a mí no me gustaría pero bueno, en fin, eso está a la elección de cada uno...
Fui a abrir, se oyó una voz masculina (DEMASIADO), pensé que podría ser algún amigo de Fernando, porque no era posible que esa voz fuese de Nicolás y Marcos, eran unos críos aunque tuviesen un año más que yo.


(En el telefonillo...)
-¿Hola?
-Abre.
-¿Quién eres?
- ¿Y quién eres tu?
-Yo soy Ángela, pero ¿tu quién eres?
-¿Eres la hija de Carlos?
-Si...¡¿PERO TÚ QUIÉN ERES?!
-¡AH! Ya a venido, vale, pues abre por favor...
-¡¿PERO QUIÉN ERES?!
-¡ABRE!- esta vez se oyeron dos voces...¡MUY MASCULINAS! 
-Vale...- Abrí, vaya gente más borde...
Me volví a sentar en el sillón de antes. ¿Cómo se puede ser tan borde? no era mi casa, yo no tendría que haber cogido el telefonillo, pero lo hice por María, estaba ocupada, pero, se supone que cuando tu preguntas "¿Quién es?" la otra persona te devuelve la respuesta diciendo QUIEN ES. Pero me da igual, no me iba a coger un rebote por algo tan estúpido.


Unos segundos después apareció por la puerta una persona, se supone que atrás debía haber otra porque se oyó un portazo suave, lo que pasa es que no se la podía ver porque había una librería llena de libros que tapaba a esa persona. De repente apareció una cara conocida, era Nicolás, estaba igual que siempre:
-¡Hola Ángela!- parecía sorprendido al verme, era una expresión curiosa.
Luego apareció otra persona. Al momento, sentí algo extraño, algo que pocas experimente, note que mi mirada se clavaba en la mirada de la otra persona y podía sentir su mirada también clavada en la mía. Había un silencio algo peculiar, pero era un silencio que, probablemente me cambiaría para el resto de mi vida.








miércoles, 8 de febrero de 2012

Tercero:
"Simples monitores estropeados"

Llegamos al portal.
Vaya paseito que me había dado mi padre, lo bueno de todo aquello es que toda esa trampa para ratas se acabó cuando él pulsó una tecla....
                                                                 (....esperando....)
De repente se oía la voz de una mujer por el telefonillo, María, la mujer de Fernando.
Recordaba a aquella mujer, siempre me gustó, era tan cariñosa, y Fernando lo mismo, los dos eran persona maravillosas. También recordaba a Nicolás y Marcos, de pequeños estábamos muchas veces juntos, eran dos niños completamente iguales, no sabías ni diferenciarles tan siquiera.


(Unos metros más arriba...)
"¡DIN-DON!"
-¡Hombre hola!
-¡Hola María!
-¡Vaya Ángela, pero cómo has crecido!
-¡Gracias!
-¡Pasad, pasad!
Me encantan esas caras de iluminación que pone la gente como de sorpresa, o algo por el estilo, cuando se encuentran a algún conocido, para mí es algo increíble.
-¿Y qué tal el verano Ángela?¿Has ido a algún sitio?
-Pues si, he estado llendo con una amiga a un club de deporte y allí hacemos de vez en cuando alguna actividad, también vamos a la playa y vemos alguna película cuando llueve.
-Ah! Pues eso está muy bien.
-Si, por lo menos hago algo más que estudiar matemáticas ¡jajaja!


En menos de una milésima de segundo apareció Fernando por una de las puertas de aquella casa:
-¡HOMBRE! Pero si has venido también con Ángela.
-¡SORPRESA!- dije yo. 
-¡JAJAJA!- Todos se hecharon a reír.- Pues que pena, estos han salido ahora a patinar un poco por el parque,  si quieres puedes bajar a buscarles, seguro que no estarán muy lejos.
-No, no, dejalo, ya me quedo aquí- ¿Pasar otra vez frío? No, ¡GRACIAS!
-Bueno, pues entonces, si quieres, sientate allí en el sofá y vé un poco la tele. ¿Quieres algo de beber o de comer?- me dijo María.
-Un poco de coca-cola si tienes.
-¡Pues claro que tengo! Con estos siempre hay que tener algo de esas cosas, porque entre los amigos y todo eso ¿verdad?
Asentí con la cabeza y sonreí con una suave risita.


Mi padre entró en la habitación  del ordenador guiado por Fernando. Mi padre es una manitas de la informática, cuando no está arreglando un ordenador de un conocido está arreglando el mio o el suyo, resumiendo, en mi casa SOBRAN ordenadores.
Ese día se estropeó el de Nicolás y Marcos...por algo estábamos allí...
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